El presidente del Tribunal Supremo de Estados Unidos, John Roberts, bloqueó temporalmente la entrega de las declaraciones de impuestos del exmandatario Donald Trump a un comité de la Cámara Baja, controlado por los demócratas y que lleva desde 2019 tratando de obtener esos documentos.
La orden judicial dará tiempo al Tribunal Supremo para que evalúe en profundidad el recurso que interpuso ayer lunes Trump para mantener en secreto sus declaraciones de impuestos. Una vez que el Tribunal Supremo examine el caso, emitirá una decisión final.
Si Roberts no hubiera intervenido, el Servicio Interno de Impuestos (IRS, en inglés), la Hacienda de Estados Unidos, habría podido entregar a partir del jueves las declaraciones de impuestos de Trump al comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes.
La batalla por esos documentos se remonta a 2019, cuando el comité de Medios y Arbitrios emitió una citación legal para acceder a esa información en el marco de su investigación sobre posibles infracciones fiscales por parte de Trump.
El comité basó su petición en una ley de 1924 que permite a los líderes de ciertos comités del Congreso, incluido el de Medios y Arbitrios, pedir al Secretario del Tesoro y a la Hacienda estadounidense la publicación de las declaraciones de impuestos de cualquier contribuyente.
En ese momento, el entonces secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, nombrado por Trump, se negó a proporcionar los documentos al comité, y los demócratas llevaron la batalla a los tribunales.
Todas las instancias judiciales inferiores al Tribunal Supremo han fallado en contra de Trump y han reafirmado la autoridad del comité para acceder a los impuestos del expresidente.
Como resultado, los abogados de Trump se han visto obligados a acudir al Tribunal Supremo, de mayoría conservadora, y al que están intentando convencer de que el comité de Medios y Arbitrios está sobrepasando su autoridad.
En su recurso, presentado ayer lunes, los abogados argumentaron que el caso presenta «importantes dilemas sobre la separación de poderes» en Estados Unidos y podría afectar a futuros presidentes.
Trump fue el primer presidente estadounidense desde Gerald Ford que no publicó cada año su declaración de impuestos, una tradición que sus predecesores consideraban parte de su deber de transparencia y de rendición de cuentas ante el pueblo.
Los impuestos de Trump han sido objeto de polémica desde hace años y, actualmente, están siendo parte de un proceso judicial en Nueva York.
En concreto, el pasado septiembre, la fiscal general de Nueva York, Letitia James, acusó formalmente a la empresa a la empresa de Trump, al expresidente y a tres de sus hijos adultos, de obtener fraudulentamente préstamos, beneficios de seguros y pagar impuestos más bajos de los que deberían.