MIAMI – El aumento de la inflación en los países de América Latina y el Caribe ha incrementado el riesgo de la inseguridad alimentaria en la región, que a pesar de ser cuna de uno de los mayores superávit agropecuarios del mundo, enfrenta una creciente pobreza extrema y hambruna, dijeron el martes tres organismos de las Naciones Unidas.
En un informe conjunto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) expresaron que la inflación que afecta a los sectores más pobres es 1.4 puntos porcentuales más elevada que la que impacta a los sectores más ricos.
«Este comportamiento de la inflación de alimentos agudiza el riesgo de problemas de acceso a una dieta saludable, inseguridad alimentaria y hambre porque afecta más a los hogares de menores ingresos», expresó José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe, más conocida como CEPAL.
El reporte fue difundido en una conferencia de prensa realizada en la sede de la CEPAL en Santiago, Chile, y transmitida de manera virtual a través de las redes sociales. Fue revelado en momentos que la región enfrenta una fuerte inflación y dificultades económicas debido principalmente al impacto de la guerra en Ucrania y el endurecimiento del acceso al crédito por elevadas tasas de interés.
Después de una breve recuperación pos-pandemia en 2021 y parte de 2022, los pronósticos de crecimiento han sido revisados a la baja. A nivel mundial, se prevé que la economía crezca 3.1 por ciento en 2022, 1.3 puntos porcentuales menos que lo pronosticado antes de la guerra, mientras que América Latina y el Caribe se expandirá 3.2 por ciento este año, pero la actividad se desacelerará a 1.4 por ciento en 2023, según las últimas proyecciones de la CEPAL.
De acuerdo con el informe, Latinoamérica es una de las regiones con mayor superávit agropecuario anual del mundo, solo superada por Oceanía: $127 mil millones, equivalentes a $200 por habitante. Sin embargo, gran parte de los países están expuestos a problemas de producción y comercialización, y a los incrementos de precios por la guerra en Ucrania, al ser importadores de trigo, maíz y aceites vegetales.
Salazar explicó existe un gran contraste y heterogeneidad: algunos países de la región son potencias exportadoras de productos agrícolas con una gran productividad, especialmente algunos de Sudamérica como Argentina, mientras que «la gran mayoría» son importadores de productos agrícolas.
Además, contrastó, los productos de los países exportadores no van a los sectores más vulnerables, que más bien se alimentan con productos locales de pequeños agricultores fuertemente golpeados por la inflación.
Uno de los problemas que enfrentan esos agricultores es el acceso a fertilizantes, que provienen del exterior y cuyos precios también han subido considerablemente tras el inicio de la guerra. Latinoamérica importa cerca del 85 por ciento de los fertilizantes que utiliza.
En septiembre de 2022 el aumento promedio anual del índice de precios al consumidor fue del 11.7 por ciento, comparado a un alzo del 7.1 por ciento de la inflación general, de acuerdo con el informe conjunto titulado «Hacia una seguridad alimentaria y nutricional sostenible en América Latina y el Caribe en respuesta a la crisis alimentaria mundial».
La CEPAL estima que la incidencia de la pobreza extrema aumentaría un 0,2% en 2022 sumando 1.8 millones de personas para alcanzar un total de 81.8 millones de personas en la región. La gran mayoría de ellas, 55.7 millones, viven en zonas urbanas y el resto en áreas rurales.
Aunque la subalimentación ha crecido desde 2014, entre 2019 y 2021 el incremento fue mayor, de un 1,9 puntos porcentuales, alcanzando a un 8.6 por ciento de la población. La cantidad de personas que padecen hambre, en tanto, aumentó en 13.2 millones, a 56.5 millones de personas, de acuerdo con el informe.
En 2021, la inseguridad alimentaria moderada o grave afectó al 40,6% de la población de la región, una cifra mayor al promedio mundial del 29.3 por ciento, indicó el reporte. Entre 2019 y 2021 pasó del 31, 7 por ciento al 40.6 por ciento, equivalente a un aumento de nueve puntos porcentuales, el mayor si se compara con otras regiones del mundo. En total, unos 267.7 millones de personas enfrentaron inseguridad alimentaria en 2021 en Latinoamérica, 62.5 millones más que en 2019.