La organización Taller Salud presentó este jueves el informe Alimentación y Dignidad: Un Análisis Comunitario de la Inseguridad Alimentaria en Puerto Rico, el cual documenta que más de una tercera parte de la población adulta enfrenta hambre o acceso limitado a comida saludable.
El estudio, basado en datos de comunidades en Loíza, Salinas y San Germán, expone que la crisis impacta con mayor severidad a mujeres, personas mayores, menores de edad y familias en condiciones de pobreza.
“La inseguridad alimentaria no es una estadística abstracta; es el rostro de una madre que deja de comer para alimentar a sus hijos, de un adulto mayor que depende de productos procesados porque es lo único accesible, o de una comunidad entera que no puede conservar alimentos por falta de energía eléctrica”, expresó Tania Rosario Méndez, directora ejecutiva de Taller Salud.
Entre los hallazgos del informe destacan:
- 63.2% de los encuestados recibe el Programa de Asistencia Nutricional (PAN).
- Más de la mitad (50.6%) solo consume dos comidas al día y un 14.9% apenas una.
- 47% vive con dos o más condiciones crónicas, como diabetes, hipertensión o asma.
- La mayoría son mujeres negras o afrodescendientes en núcleos familiares pequeños.
El análisis señala que la dependencia de importaciones, los altos costos de alimentos frescos, la falta de infraestructura agrícola y las interrupciones del sistema eléctrico agudizan la problemática. Además, la crisis climática limita la producción y conservación de alimentos.
Lourdes Inoa Monegro, directora asociada de Taller Salud, recalcó que “la alimentación digna no es un lujo. Es un derecho que hay que hacer valer con urgencia”.
El informe recomienda al gobierno y al sector comunitario acciones como implementar la Encuesta de Seguridad Alimentaria dispuesta por ley, proteger tierras agrícolas, fortalecer redes de comedores comunitarios y promover proyectos agroalimentarios comunitarios.
El documento completo está disponible en el portal de .