Durante décadas, integrantes de la centenaria comunidad pesquera de Las Mareas lo han afirmado: “La Bahía de Salinas también brilla de noche”.
En sus relatos, aluden consistentemente a la aparición de bioluminiscencia en zonas de manglar y aguas poco profundas, las que navegan frecuentemente de madrugada, como parte de su oficio.
Sin embargo, no existen registros oficiales de estos y tras el paso del huracán María los avistamientos casi desaparecieron, hasta el pasado 29 de junio.
Como confirmó Santi Cartagena Cartagena, enlace para medios de La Marina de Salinas, durante esa noche el espectáculo natural resurgió con intensidad junto al muelle de la instalación, lo que fue documentado por el propietario del complejo marítimo, Julián Hernández, quien a su vez había sido alertado por vecinos de la zona.
“Tenía constancia de que sucedía en la bahía, que no era un precedente”, describió a La Perla del Sur la ejecutiva de 31 años de edad, “pero nunca lo había observado como en los visuales que compartimos por multimedia”.
En uno de ellos, se aprecia con claridad el resplandor submarino de color azul bajo una de las embarcaciones ancladas, al tiempo en que oleaje y corrientes leves agitan la nave. Incluso, el destello nocturno sobresale a pesar de que en la periferia se aprecian focos de brillante iluminación.
En bahías y ensenadas de Puerto Rico, la bioluminiscencia suele ser provocada por dinoflagelados de la especie Pyrodinium bahamense, microorganismos que emiten luz cuando son perturbados por abruptos movimientos de agua causados por oleaje, personas, botes o peces, ha explicado el investigador y profesor emérito de la Universidad de Puerto Rico, Juan Gerardo González Lagoa.
Según ha descrito, los organismos se encuentran en bahías y lagunas poco profundas con entrada angosta, rodeadas de manglares y con condiciones específicas de salinidad, temperatura entre los 70 y 90 grados Fahrenheit y nutrientes que favorecen su concentración y reproducción.
En el caso de Salinas, Cartagena Cartagena observó que el clima cambiante y el fenómeno del sargazo podrían figurar entre los factores que han aportado a la reaparición de bioluminiscencia junto a la marina. No obstante, serían necesarios peritos y estudios para confirmarlo.
Precisamente, la ausencia de investigaciones académicas y referencias oficiales llama la atención, ya que ambas podrían favorecer e impulsar medidas precautorias para la conservación de este atractivo natural.
En todo el planeta solo se reconoce a una decena de bahías o lagunas con bioluminiscencia estable y Puerto Rico es el único destino con tres activas y protegidas: La Parguera en Lajas, Laguna Grande en Fajardo y Bahía Mosquito en Vieques. Esta última fue reconocida en el año 2006 como la más brillante del mundo en el libro de récords Guinness.
Cuerpos de agua en Jamaica, México, Colombia, las Maldivas, Camboya, Japón y Australia también evidencian estas características. La mayoría son empleados como polos de atracción turística.
Para fomentar la conservación y recuperación de estos ecosistemas sensibles, se recomienda practicar el turismo responsable y sostenible, eligiendo operadores turísticos certificados que respeten las normas ambientales y limiten la cantidad de visitantes para evitar la sobreexplotación.
Asimismo, no contaminar el agua ni el entorno con basura, productos químicos como repelentes o contaminar con combustibles y aceites de embarcaciones, al igual que reportar a las autoridades correspondientes actividades ilegales o daños ambientales a estos recursos naturales.