La residencia de Bad Bunny en el Coliseo de Puerto Rico tiene a todo el archipiélago vibrando. No es solo un concierto. Es una peregrinación cultural, un fenómeno social y económico con implicaciones que van más allá del trap o del reguetón.
Pero, cuando se apagan las luces del Choli, cuando las «stories» de Instagram expiren, ¿qué hacemos después?
Esa pregunta me lleva a pensar en algo que llevamos años conversando desde distintos espacios creativos y de desarrollo económico: la descentralización. Puerto Rico no es solo el área metropolitana. Y si algo ha demostrado Bad Bunny -con sus referencias a Vega Baja, Ciales, Isabela o Loíza- es que el valor cultural de la isla vive en sus múltiples orillas, en su diversidad de pueblos, sabores y paisajes.
El verdadero “after party” no tiene que ser en San Juan. El verdadero “after” puede ser en el oeste, en el sur, en el este. Puede ser en una playa de Isabela mirando el Pozo de Jacinto mientras suena de fondo “La Weltita.” Puede ser en una panadería de Naguabo desayunando pan sobao con mantequilla, o caminando por las calles históricas de Ponce, donde el eco de la plena sigue resonando entre plazas y galerías.
Bad Bunny moviliza miles, crea impacto económico.
¿Por qué no aprovechar ese flujo para redistribuir los beneficios? Si invertimos tanto en atraer grandes eventos, tenemos también la responsabilidad colectiva de conectar esa energía con el resto del país. Que los turistas que vienen para la residencia se queden un par de días más. Que hagan la ruta hacia el oeste, descubran los Bed and Breakfast locales, los restaurantes con sazón auténtico, los mercados agrícolas, las playas que todavía guardan un poquito de silencio.
Más allá de un “hashtag”, es un llamado: después de la Residencia, dale la vuelta a Puerto Rico. Date la Weltita completa.
Esa es la economía del visitante que necesitamos construir: una donde el atractivo no esté concentrado en un solo punto, sino distribuido, diverso, regenerativo. Y esa es también una invitación a nosotros mismos, los locales. No tenemos que esperar por el próximo concierto para explorar nuestro propio archipiélago.
Como suelo decir en distintos foros, la innovación cultural comienza con el simple acto de mirar más allá de lo evidente. Hoy te invito a mirar más allá de Hato Rey, a mirar más allá del show: a mirar a Puerto Rico completo, vivo, disponible, esperando esa otra vuelta.
Si quieres comenzar hoy mismo esa Weltita fuera de la zona metropolitana, aquí te comparto algunas alternativas:
– Ponce: Recorridos maravillosos de Isla Caribe junto a Melina Aguilar y por la oferta, experiencias únicas que la plataforma Boyants facilita, incluyendo visitas al Castillo Serrallés, encuentros con el maestro Antonio Martorell, rutas históricas como City of Rum.
– Ruta Café con Ron por los Pleneros de la Cresta: Una experiencia cultural que conecta Bayamón con Ciales, integrando música, gastronomía y tradiciones. Esta ruta apoya directamente el Centro Cultural Yerba Bruja de Ciales, un proyecto de rescate y restauración de una estructura histórica vital para la comunidad.
– Isabela y la verdadera vueltita: Próximamente el Municipio de Isabela, junto a activos culturales y comerciales locales, lanzará oficialmente “La Vueltita a Isabela,” una experiencia integral que incluye el icónico Pozo de Jacinto, tal como lo menciona la canción de Bad Bunny y Chuwi, con paradas diseñadas para explorar su cultura, naturaleza, cultura y arte.
Estas son solo algunas opciones. Hay muchas más. Lo importante es decidirse y darle la otra vuelta a Puerto Rico.
Excelente idea. 👏👏👏