Nacidas en las viejas calles de Salamanca hace ya siete siglos, las tunas musicales son el eco de una excepcional casta estudiantil que encarna hasta el tuétano el espíritu de la fraternidad, y cuya supervivencia la logró cantando a la juventud y a la alegría de vivir.
Entre sus sucesores, los herederos por autoproclamación, resaltan bohemios, románticos y juerguistas puertorriqueños que, por vocación y convicción, adoptaron esta tradición española para hacerla propia, no sin antes inyectarle nuevos himnos que evocan a la camaradería, al humor y el amor.
La mejor demostración de esto ocurrirá en solo horas, en la señorial ciudad de Ponce, donde 15 agrupaciones y cerca de 200 participantes desfilarán sobre la tarima del 17mo. Encuentro de Tunas, en compañía de guitarras, mandolinas, castañuelas y panderetas.
Entre las invitadas ya resalta una que promete sorprender a muchos con su primer espectáculo público en casi cuatro décadas: la Tuna Águila de Ponce.
Integrada por exalumnos de la Escuela Superior Dr. Pila -que entre las décadas de 1970 y 1980 fueron entrenados por la fenecida profesora Olga Bernal- este sábado, 17 de noviembre los Águilas reaparecerán sobre el escenario para demostrar a nuevas generaciones por qué arrasaron tantos años con los primeros premios del otrora Festival de Bellas Artes de Puerto Rico y el Festival de Tunas de la Universidad de Puerto Rico.
También se presentarán por primera vez en tanto tiempo para evidenciar que para cantar, bailar y celebrar no hay límite ni edad.
Como comprobarán los asistentes al maratónico concierto frente a la Casa Alcaldía, la presentación de la Tuna Águila constituye el reencuentro oficial de 20 cantantes y músicos, cuyas edades rondan entre los 58 y 71 años de edad.
“Será un deleite mayor”, reconoció en entrevista Iván Rodríguez Colón, director de la Oficina de Turismo, Cultura y Comunicaciones del Gobierno Municipal de Ponce, la entidad creadora del evento.
“Olga Bernal es una institución ponceña y, de seguro, lo celebrará desde el cielo”, puntualizó.
Banquete musical
Según abundó, la oferta musical de este año incluirá a la Tuna América, Las Chavalas, a Las Alondras, Romanceras, Bardos y la Tuna Vaquera.
Asimismo, a la Tuna Antillana, Payadores, Jumacao, Magisterio de Luna, Inter Metro, la Tuna de Derecho de Puerto Rico y las tunas de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras y Arecibo.
“Ponce se ha convertido en esa gran sala de espectáculos para ellos, por lo que este sábado iniciamos la Navidad con este gran concierto, a partir de las 6:00 de la tarde”, destacó Rodríguez Colón.
Sobre el montaje, adelantó que incluirá sonido de primera y una tarima de 50 pies de largo sobre la que cada tuna podrá ofrecer su espectáculo cómodamente, mientras la próxima se prepara para sucederle.
“La idea es que mientras una tuna vaya terminando su presentación, ya la otra esté instalando su equipo para que la gente disfrute de música continua”, explicó.
De igual modo, resaltó que como telón de fondo todas tendrán al imponente montaje que se instala para el Gran Encendido de la Navidad Ponceña, el cual tendrá lugar el próximo miércoles, 19 de noviembre.
“Ya el bloque completo de la Casa Alcaldía, el edificio Moscoso y la sede de la Legislatura Municipal, que es el antiguo edificio Cometa, luce el tema de este año, que es La Navidad boricua se enciende en Ponce”, comentó. “Y aunque se iluminará en la noche del 19, todos ya podrán visualizar esta gran obra de arte”.
En cuanto a la duración del espectáculo, vislumbra que podría extenderse hasta la medianoche, lo que Rodríguez Colón aprovechó para formular una advertencia.
“Todos los tuneros tienen que venir listos con la cuchara”, continuó jocoso, “porque nuestra alcaldesa Marlese Sifre e Irma Santiago en la Oficina de Cultura les prepararán un manjar, que puede ser desde un asopao hasta paella”.
“Así que ya tienen todo preparado dentro de la Casa Alcaldía para que cuando cada uno vaya bajando de tarima, también se quede disfrutando del concierto y de la ciudad”, declaró.
Símbolo de una tradición centenaria
Según Enrique Pérez Penedo, experto en la tradición de las tunas universitarias, los integrantes de estos grupos musicales llevan consigo una cuchara como símbolo de sus orígenes.
Como abunda en sus conferencias sobre el tema, en la Edad Media y siglos posteriores los estudiantes pobres, llamados “sopistas”, recorrían las calles cantando y tocando música para ganarse la vida con la comida que les daban, principalmente sopa o caldo. Por ello, siempre llevaban consigo su propia cuchara.
Desde entonces, el cubierto es parte intrínseca del tuno, símbolo de humildad y homenaje a ese origen, añade Pérez Penedo.
El Encuentro de Tunas 2025 se dedicará a Gregorio “Goyo” Acevedo González, el ponceño que durante 45 años dirigió la icónica Tuna de la Universidad de Puerto Rico, hasta convertirla en una de las más reconocidas y emblemáticas del país.
















































