La incertidumbre en torno a la política monetaria de Estados Unidos podría prolongar los altos costos de endeudamiento, según un análisis publicado en la edición número 16 de Al Punto, boletín de análisis de la firma Estudios Técnicos, Inc.
En el informe, preparado por el equipo de economistas de la firma, se destaca que la Reserva Federal (Fed) ha mantenido una postura cautelosa antes de considerar cualquier recorte en la tasa preferencial de interés, que actualmente permanece en el rango de 4.25 % a 4.5 %.
A pesar de que en junio la Fed proyectó dos posibles reducciones para finales de 2025, aún se espera una confirmación más clara del rumbo de la inflación y del crecimiento económico.
“Esto dejó elevados los costos de tomar prestado”, señala el boletín, al tiempo que resalta cómo la incertidumbre arancelaria añade complejidad al panorama.
El análisis recuerda que el presidente Donald Trump anunció un “Día de la Liberación” comercial en abril, con nuevas tarifas para una lista extensa de países, cambios que han sido revisados en múltiples ocasiones. El 7 de julio se anunció la entrada en vigor de nuevos aranceles a partir del 1 de agosto, afectando a naciones como Japón y Corea del Sur.
En este contexto, los mercados financieros apuestan a un posible recorte de 0.25 puntos base en septiembre, seguido por uno o dos ajustes adicionales antes de finalizar el año. Sin embargo, eso dependerá de cómo evolucione la inflación y la economía estadounidense.
El boletín advierte que si la inflación repunta o si la economía muestra señales de fortaleza, es probable que se reduzcan las posibilidades de recortes. En junio, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió 0.3 %, llevando la tasa anual al 2.7 %, el mayor incremento desde enero, lo que refuerza las expectativas de una inflación creciente.
“Esto podría postergar la tan esperada reducción en la tasa preferencial”, enfatiza Al Punto. Hasta el momento, tampoco se han observado señales de deterioro en el mercado laboral de Estados Unidos, lo que sugiere que la economía sigue mostrando resiliencia.
Para Puerto Rico, este panorama implicaría que el costo de deuda a corto plazo podría mantenerse sin cambios durante lo que resta del año.