El paso del huracán Erin, que se intensificó a categoría 5 el pasado 16 de agosto, dejó impactos indirectos en Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses, según un informe del Servicio Nacional de Meteorología (SNM) en San Juan.
Aunque el centro del ciclón se mantuvo entre 100 y 150 millas al norte de la isla, sus bandas exteriores provocaron fuertes lluvias, vientos intensos y marejadas peligrosas.
El SNM detalló que se registraron acumulados de lluvia de 2 a 4 pulgadas, con sectores que alcanzaron entre 6 y 8 pulgadas, principalmente en el norte de las Islas Vírgenes y en el interior este de Puerto Rico.
El oleaje rompiente llegó a entre 8 y 12 pies, generando corrientes marinas potencialmente mortales, condiciones marítimas peligrosas y erosión ligera en la costa.
Además, se reportaron ráfagas de viento con fuerza de tormenta tropical de hasta 45 millas por hora en las islas locales.
Erin se formó como tormenta tropical el 11 de agosto, se convirtió en huracán el 15 de agosto y al día siguiente alcanzó la categoría 5, según la cronología del SNM.