El secretario de la Vivienda, William Rodríguez Rodríguez, le atribuyó hoy a las “restricciones” del gobierno estadounidense la tardanza en el desembolso de los fondos de recuperación post desastres y, por consiguiente, el retraso en los proyectos de reconstrucción.
“El Departamento de la Vivienda enfrentó varios desafíos en la implementación de los programas CDBG-DR debido a las restricciones iniciales que el gobierno federal y HUD impusieron”, planteó el secretario en las vistas de transición gubernamental.
En su ponencia, Rodríguez precisó que “uno de los primeros retos fue la imposición de una supervisión financiera la cual fue única para Puerto Rico”. Añadió que “la limitación en la liberación de fondos de forma incremental y el requisito de un monitor fiscal federal para supervisar la distribución de estos fondos”.
“Estas restricciones provocaron retrasos significativos en el acceso y uso de los fondos de recuperación. Esto provocó demoras adicionales en la implementación de proyectos esenciales de recuperación, como mejoras de infraestructura, recuperación de viviendas y esfuerzos de revitalización económica”, aseveró Rodríguez.
La reconstrucción de casas ha sido necesaria, no solo por los daños causados por los huracanes Irma y María en el 2017, sino por los terremotos del 2020.
En su resumen, estableció que se asignaron $8.2 mil millones para la recuperación tras los huracanes.
El término de los fondos de recuperación de la Subvención en Bloque para el Desarrollo Comunitario – Recuperación de Desastres (CDBG-DR) se extendió hasta el 31 de diciembre de 2029, dado que estos proyectos requieren tiempo para planificación, diseño, permisos y construcción.
Según el secretario, esos retos iniciales ya se superaron y la nueva administración gubernamental, que asumirá el poder en enero de 2025, recibirá una agencia “robusta”.
“La administración entrante hereda una estructura robusta, sustentada en iniciativas importantes que han transformado a Puerto Rico, desde la revitalización de áreas urbanas y rurales, hasta la implementación de tecnologías avanzadas de energía renovable y mitigación de riesgos”, señaló.
“A lo largo de este proceso, hemos aprendido que la planificación a largo plazo, la colaboración interagencial y la participación de las comunidades son los pilares que sostendrán el futuro de nuestra Isla. Ahora, a las puertas de una nueva era, estamos seguros de que la administración entrante encontrará una ruta clara, con los recursos y la estructura necesaria para continuar con este trabajo transformador”, continuó el funcionario.
















































