La Federación LGBTQ+ de Puerto Rico denunció este jueves la firma de una nueva ley por parte de la gobernadora Jenniffer González, la cual, según la organización, criminaliza a los profesionales de la salud que brinden terapias de afirmación de género a menores de 21 años.
“¡Qué vergüenza! Jenniffer González, con sus actos, se declara la gobernadora más enemiga de la equidad en la historia”, afirmó Pedro Julio Serrano, presidente de la Federación. “Ignoró a su propio secretario de Salud y a las asociaciones médicas que avalan tratamientos a menores trans. Al convertir en ley el Proyecto del Senado 350, acaba de criminalizar a profesionales de la salud por cumplir con su deber y poner en peligro a menores trans y sus familias”.
La medida fue rechazada públicamente por entidades como el Colegio de Médicos Cirujanos, la Asociación de Psicología de Puerto Rico, el Colegio de Profesionales del Trabajo Social, la Asociación Puertorriqueña de Consejería Profesional y el Colegio de Abogadas y Abogados.
“Es un momento muy triste en la historia de nuestro país, cuando una gobernadora que dijo que trabajaría para todos abandona a la juventud trans y a sus familias”, expresó Ivana Fred Millán, directora de la Federación. “No importan las leyes que firmen, nunca podrán impedir nuestra existencia”.
La nueva ley (Proyecto del Senado 350) establece una pena de hasta 15 años de cárcel, una multa de $50 mil y la revocación de licencia para cualquier profesional de la salud que practique terapias de afirmación de género en menores. Estos tratamientos cuentan con el respaldo de asociaciones médicas a nivel nacional e internacional.
Ante este panorama, la Federación LGBTQ+ anunció que acudirá a los tribunales. “Vamos a impugnar la constitucionalidad de esta firma cruel e inhumana. Ahora, más que nunca, vamos a luchar”, aseguró Justin Jesús Santiago, director de la organización.
La Federación está compuesta por cientos de personas y más de un centenar de entidades comunitarias que abogan por la equidad en Puerto Rico.

















































Qué alguien de esa subcultura, homosexual, explique cómo es que un menor de edad tiene la capacidad suficiente como para decidir cuál será su modo de vida.
Momento triste y bochornoso para la historia de nuestro Puerto Rico es ver que haya un grupo de abarrados sexuales, que disfruten del apoyo de entidades que supuestamente deben estar compuestas por personas serias y decentes, apoyando lo que es degenerado y justificando lo injustificable, donde lo malo es bueno, y lo que es bueno correcto, decente y moral es malo.