Las señales siguen acumulándose.
Mientras el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Daniel Caine, sostenía este lunes reuniones con altos oficiales militares asignados a Puerto Rico y el Caribe, al menos cinco aviones cisterna del ejército estadounidense volaban hacia Tampa, Florida, para una sigilosa misión de reabastecimiento de combustible en la Base de la Fuerza Aérea MacDill, uno de los centros de mando para la operación Southern Spear.
Al mismo tiempo, el grupo de ataque del portaaviones Gerald R. Ford, con decenas de cazas portando misiles Tomahawk, permanecía sobre una de las alas del buque de guerra nuclear, mientras otra decena de destructores de la armada naval rondaban a corta y lejana distancia por las aguas del Caribe.
La movilización, que ya acapara el 15 por ciento de toda la flota naval desplegada en el mundo por los Estados Unidos, incluyó este lunes ejercicios continuos con aviones Osprey, helicópteros de ataque, cazas F-15 y hasta un AC-130, el Hércules militarizado, que tuvieron como base al aeropuerto de la antigua Base Naval Roosevelt Roads de Ceiba.
Al cierre de la jornada, el mensaje de que Washington se está posicionando para efectuar un ataque a Venezuela solo se fortaleció. Máxime, cuando en las últimas horas la embajada de Estados Unidos en Trinidad y Tobago anunciaba que el general Caine se reuniría con la primera ministra Kamla Persad-Bissessar este martes, para presuntamente fortalecer “la sólida relación bilateral entre ambas naciones” y combatir “las organizaciones criminales transnacionales”.
Lo que ocurrirá a partir de entonces es una incógnita.
No obstante, este lunes, sin presentar pruebas públicas, el Departamento de Estado designó al denominado “Cartel de los Soles” como una organización terrorista liderada por el presidente venezolano Nicolas Maduro, lo que “despeja” el camino para que Estados Unidos ejecute operaciones militares en ese territorio suramericano.
Aunque funcionarios y asesores de la Casa Blanca consideran que el alegado cartel funciona como una organización ilícita con estructura criminal real, el gobierno venezolano y estudiosos del tópico sostienen que el polémico “Cartel de los Soles” es una creación periodística cuyo origen se remonta a la década de 1990, cuando medios de comunicación locales denunciaban a generales y oficiales de alto rango en las Fuerzas Armadas venezolanas, con participación en redes de corrupción y narcotráfico.
Como los aludidos lucían soles en sus uniformes, en lugar de estrellas como en otras agrupaciones militares, periodistas acuñaron la referencia al “Cartel de los Soles”.
Entretanto, Trump ha insinuado que no necesita la aprobación del Congreso para atacar a Venezuela y, simultáneamente, que está dispuesto a conversar directamente con el líder venezolano para resolver “diplomáticamente la crisis”, publicó ayer lunes el portal de noticias Axios.
Según aclara el medio, esta conversación aún está en fase de planificación y no tiene fecha definida.
Insinuaciones como esta, sin embargo, ya han sido formuladas anteriormente. Por ejemplo, el pasado 15 de junio, Trump declaró que a Irán le gustaría “llegar a un acuerdo” con los Estados Unidos y sus aliados, sobre las ambiciones de Irán en materia de armas nucleares, y añadió que no había fecha límite para las conversaciones.
Seis días después, fuerzas armadas de los Estados Unidos atacaron tres instalaciones nucleares iraníes en una operación denominada Martillo de Medianoche.






















































