Las instituciones de educación superior enfrentan uno de los periodos más complejos de su historia reciente. A la disminución demográfica, el aumento de los costos operacionales y la aceleración de la transformación digital, se suma la necesidad urgente de redefinir cómo operan, cómo sirven y cómo se sostienen.
En este contexto, un principio matemático concebido hace más de 1,700 años, la complementariedad de entradas y salidas del matemático chino Liu Hui, cobra una relevancia sorprendente para nuestras universidades.
Liu Hui: lección antigua para un reto moderno
Liu Hui, matemático chino del siglo III, es reconocido por sus comentarios al clásico “Los Nueve Capítulos sobre el Arte Matemático”. Entre sus aportaciones destaca la idea de que todo sistema, ya sea matemático, administrativo o social, debe mantener equilibrio entre lo que recibe y lo que produce.
En otras palabras: ningún sistema genera resultados sólidos si sus entradas no están alineadas con el valor que se espera obtener de ellas.
Aplicado a la educación superior, este principio nos recuerda que mejorar la retención, la eficiencia operativa o la calidad académica exige mejorar simultáneamente los procesos de admisión, el uso de datos, la gestión administrativa y la implementación de tecnología.
Demografía en descenso: matrícula en contracción
Puerto Rico ha experimentado una disminución poblacional cercana al 16 por ciento en las pasadas dos décadas, una realidad que ya ha provocado la pérdida de más de 51 mil estudiantes universitarios entre 2017 y 2021.
A esto se añade un cambio en el comportamiento estudiantil: más del 50 por ciento de los universitarios locales ha tomado cursos en línea, lo que obliga a rediseñar toda la experiencia educativa.
El fenómeno no es exclusivo de la isla. En el año 2024, los países de la OCDE reportaron una reducción de 13 por ciento en nuevos estudiantes internacionales, lo que redefine la competencia global entre instituciones.
Para enfrentar esta realidad, las universidades deben fortalecer sus entradas: estrategias de reclutamiento más efectivas, procesos de admisión ágiles apoyados por inteligencia artificial (IA) y programas académicos alineados al mercado laboral.
Sin entradas robustas, las salidas -graduaciones, empleabilidad, satisfacción estudiantil- se verán comprometidas.
Costos en aumento: sostenibilidad bajo presión
El Higher Education Price Index reportó que en el 2024 se registró una inflación de 3.4 por ciento en los costos operacionales universitarios. Energía, mantenimiento, seguridad, tecnología y cumplimiento regulatorio se han convertido en áreas de alto impacto presupuestario.
Expertos señalan que muchas instituciones deben reevaluar expansiones físicas y concentrarse en modernizar y utilizar mejor las facilidades existentes.
El principio de Liu Hui invita a un cambio de paradigma: cada dólar que entra debe generar valor verificable. Esto implica consolidar funciones, renegociar contratos, optimizar recursos, adoptar mantenimiento predictivo y utilizar tecnología para automatizar procesos.
La sostenibilidad ya no depende solo de la matrícula, sino de la eficiencia con que se gestionan las operaciones.
Transformación digital e IA : de tendencia a necesidad
La transformación digital es hoy un pilar de competitividad. El 77 por ciento de los líderes universitarios afirma que la digitalización es clave para ofrecer mejores servicios. Además, el uso de IA por parte de estudiantes ha aumentado de forma acelerada: 92 por ciento de los universitarios en el Reino Unido y 87 por ciento en Estados Unidos utilizan herramientas de IA generativa para estudiar y completar tareas.
La universidad moderna debe integrar de manera estratégica estas tecnologías para mejorar la experiencia del estudiante, agilizar procesos administrativos, utilizar datos en la toma de decisiones y anticipar riesgos operacionales y académicos.
Transformar, no solo ajustar
El panorama es retador, pero también ofrece una oportunidad histórica. Si las instituciones logran armonizar sus entradas y salidas, como proponía Liu Hui, podrán avanzar hacia modelos más sostenibles, eficientes, innovadores y centrados en el estudiante.
Puerto Rico necesita universidades resilientes y visionarias que asuman esta transformación con seriedad y estrategia.
El autor es decano de Administración y catedrático auxiliar del recinto de Ponce de la Universidad Interamericana de Puerto Rico.





















































