“Vete a buscar una cafetera expresso, de esas económicas, a ver si la encuentras o vete a los supermercados, dale una mirada a los productos que llegan de la República Dominicana y cuéntame que ves”, disparó de entrada Gilberto Arvelo Colón, el experimentado analista de tendencias en consumo.
“¡Ya están más caros!”, resumió, “Y esto apenas está comenzando”.
Su relato, en pocas palabras, respondía a la interrogante sobre los efectos globales de la guerra comercial declarada por el presidente de los Estados Unidos y sobre cuándo su factura comenzaría a notarse con claridad en Puerto Rico.
El pasado 2 de abril, el pulso de la economía mundial recobró su arritmia tras la proclamación de un arancel universal mínimo del 10 por ciento a todas las importaciones por decreto de Donald Trump, y un recargo a los países con los que Estados Unidos tiene mayor déficit comercial, como Tailandia (36%), Vietnam (46%) y China (145%).
Como advirtieron economistas, el anuncio -errático y caótico debido a posposiciones y alteraciones impulsivas- tendría repercusiones inmediatas sobre las compras de mayoristas, con efectos palpables en el comercio estadounidense, en pocas semanas. Y ese momento llegó.
Como describió a BloombergTV el director ejecutivo del Puerto de Los Ángeles, California, Gene Seroka, la nueva política económica y comercial de los Estados Unidos ha provocado un frenazo en seco en el terminal marítimo más grande y activo de esa nación.
Según detalló, esta semana recibirán 50 mil contenedores menos de lo usual, lo que representa un tercio de toda su actividad de trasbordo.
“Y por la logística de transporte y las distancias, esa caída será palpable aquí entre dos a tres semanas”, comentó Arvelo Colón, también conocido como Dr. Shoper.
“Cuando tú dependes de China para suplir mucho de lo que consumimos en Puerto Rico e, incluso, en los Estados Unidos, estamos hablando de un detente económico. Es como tú ir por la autopista de San Juan a Ponce a 60 millas y, de momento, metes freno. Algo va a pasar y eso es lo que está pasando ahora”, continuó.
Según observó, en materia de aranceles la inflación ya se está sintiendo en los precios de automóviles y piezas, mientras que en junio será evidente la limitación de ambos inventarios.
“En un reportaje que hizo CNBC se demuestra que en cada parte de los hogares estadounidenses hay un producto chino y, por ejemplo, advierten que el 99 por ciento de los microondas que se venden en los Estados Unidos vienen de China. ¿Qué va a pasar cuando se acaben los que están?”, cuestionó.
El continente asiático es además uno de los principales proveedores de electrodomésticos, teléfonos móviles y accesorios, computadoras portátiles y tabletas, televisores, monitores y consolas de videojuegos del mundo. También de ropa, textiles y calzado. Solo en los Estados Unidos, el 97 por ciento de los zapatos vendidos son importados y más del 56 por ciento provienen de China.
Asimismo, China se ha consolidado como potencia global en la fabricación de cosméticos y productos de belleza, al igual que de juguetes y artículos para el hogar.
“Por lo que si esto no se resuelve antes de agosto, pues ya las ventas de Navidad se pueden dar por canceladas”, vaticinó Dr. Shoper. “No vamos a tener guirnaldas ni ná’ de esas cosas, porque eso también lo hacen los chinos”.
En entrevista para el programa Meet the Press with Kristen Welker de NBC, Trump declaró el pasado viernes que los aranceles a las importaciones chinas eventualmente se reducirán.
“En algún momento, voy a reducirlos porque, de lo contrario, nunca se podría hacer negocios con ellos”, dijo.
Sin embargo, tomará tiempo sanar la herida y los daños que su política mercantil ha infligido al comercio global, reconoció en su entrevista con BloombergTV el director del Puerto de Los Ángeles.
Según afirmó, clientes influyentes ya le han adelantado que no importarán mercancías a los precios actuales, que no planean contratar a más personal y que han pausado sus inversiones de capital.
Revertir esto, aclaró, también tomará tiempo.
“Permítanme explicarles esto rápidamente”, expresó. “Si conseguimos un acuerdo (con China), (la estabilización) tardará aproximadamente un mes. Aproximadamente dos semanas para reposicionar los barcos en estos puertos importantes, desde Qingdao hasta Shanghái y Xiamen, cargar todos esos contenedores, y luego otras dos semanas para cruzar el Pacífico hasta llegar a nosotros”.
“Por lo tanto, ya podemos anticipar que el Back to School también podría afectarse, ya que desde las crayolas hasta las libretas también nos llegan de China”, apuntó Arvelo Colón.
La lección: aprendizaje
Ante estas posibilidades, Dr. Shoper hizo un emplazamiento al país para que cobre conciencia sobre las vulnerabilidades de la red de suministros local y “a ser menos botaratas”.
“Lo más importante de todo esto, y yo siempre miro el lado positivo de lo que sucede, es que esto es una señal de que tenemos que ser menos botaratas. Que tenemos que cuidar lo que tenemos”, destacó.
“Ah olvídate del microondas. Si se dañó compramos otro. ¿La plancha? Cualquier cosa compro otra, pero ¡es que no habrá para comprar otra! Mira el carro, yo lo llevo al dealer y salgo con otro… No, no, no. Cuida el carrito que tienes. Tenemos que aprender a cuidar lo que tenemos”.
“Si tú le dices a cualquier dama, empezando por mi esposa, que vamos a salir, ¿qué es lo primero que te dicen? No tengo qué ponerme y tienes dos clósets llenos de ropa. Pues ahora, ponte la ropa que tienes”, continuó.
“Este episodio es una señal de que tenemos que ser consumidores más conscientes y responsables. Más prudentes, más cuidadosos. A valorizar lo que tenemos y a cuidar lo que se tiene”, recomendó.
Muy bien escrito. Muchas gracias. A quienes votaron por este cruel y vil racista llamado Trump y por sus asociados, pues aquí tienen los resultados.