Aviones de combate israelíes atacaron el domingo de madrugada dos campamentos de refugiados en la Franja de Gaza, matando al menos a 53 personas e hirieron a docenas, según las autoridades de salud.
Israel subrayó que mantendrá su ofensiva para aplastar a Hamás, que gobierna el territorio, pese a las peticiones de Estados Unidos de un receso en las hostilidades para llevar ayuda a civiles desesperados.
El Ministerio de Salud de Gaza informó que más de 9,700 palestinos han muerto en el territorio en casi un mes de guerra, y es probable que esa cifra aumente a medida que las tropas israelíes avancen hacia barrios urbanos densamente poblados.
Israel ha rechazado la idea de detener su ofensiva, incluso para las breves pausas humanitarias propuestas por el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, que está de gira por la región. En su lugar, ha afirmado que Hamás, que gobierna el asediado enclave, enfrentará «la fuerza plena” de sus tropas.
“Cualquiera en Ciudad de Gaza se está jugando la vida», dijo el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant.
El domingo por la mañana, los ataques aéreos impactaron el campo de refugiados de Maghazi en el centro de Gaza, matando al menos a 40 personas e hiriendo a otras 34, según el Ministerio de Salud. Personal de emergencias aún buscaba entre los escombros con ayuda de los vecinos para recuperar cadáveres o sacar a posibles sobrevivientes.
Un periodista de Prensa Asociada en un hospital cercano vio los cadáveres de ocho niños pequeños, entre ellos un bebé, que fueron llevados tras el ataque. Una niña sobreviviente caminaba por el pasillo del hospital con la ropa cubierta de polvo y una expresión de conmoción en el rostro.
Arafat Abu Mashaia, que vive en el campamento, dijo que al ataque había reducido a escombros varios edificios residenciales de pisos múltiples donde se refugiaba gente que se había visto obligada a salir de otras zonas de Gaza.
“Fue una auténtica masacre”, afirmó el domingo por la mañana, de pie entre los restos de casas destruidas. “Todos aquí son personas pacíficas. Desafío a cualquiera que diga que había (combatientes) de resistencia aquí”.
El ejército israelí no hizo comentarios en un primer momento.
El campamento se encuentra en la zona de evacuación a la que el ejército israelí había instado a los civiles palestinos de Gaza que se refugiaran, mientras centraba su ofensiva militar en el norte del enclave.
Otro ataque aéreo impactó el domingo una casa cerca de una escuela en el campamento de refugiados de Bureji, en el centro de Gaza, y el personal del Hospital Al-Aqsa dijo a la AP que al menos 13 personas murieron. El campamento alberga a unas 46 mil personas y también había sido atacado el jueves.
Pese a peticiones y protestas en otras partes del mundo, Israel ha continuado sus bombardeos en todo el territorio, afirmando que ataca a combatientes de Hamás en cualquier lugar. Ha acusado a la milicia de emplear a los civiles como escudos humanos.
Las voces críticas afirman que los ataques de Israel a menudo son desproporcionados, dado el gran número de mujeres y niños muertos en esos ataques.
Blinken se reunió el domingo con el presidente palestino Mahmud Abás en la ocupada Cisjordania, al día siguiente de entrevistarse con ministros árabes de exteriores en la vecina Jordania.
Abás, que no tiene autoridad en Gaza desde que Hamás se hizo con el control del territorio en 2007, dijo que la Autoridad Palestina sólo asumirá el control de Gaza como parte de una “solución política integral” que establezca un Estado independiente que también abarque Cisjordania y Jerusalén Oriental, tierras que Israel tomó en la guerra de 1967.
Sus comentarios parecieron reducir aún más las ya escasas opciones sobre quién gobernará Gaza si Israel logra derrocar a Hamás. Las últimas conversaciones de paz con Israel fracasaron hace más de una década, y el gobierno de Israel está dominado por opositores al Estado palestino.