Los abogados de Donald Trump pidieron a una corte de apelaciones el viernes que detenga su juicio civil por fraude en Manhattan mientras apelan un fallo que exige disolver empresas que controlan algunos de los bienes más preciados del expresidente, como el edificio Trump Tower en la Quinta Avenida.
Los abogados pidieron a la corte estatal intermedia de apelaciones que suspenda la demanda de la secretaria estatal de Justicia, Letitia James, e impidan que se aplique el fallo del juez Arthur Engoron¸ que revoca las licencias de negocios del político republicano y deja sus empresas a cargo de un síndico designado por la corte.
Engoron “evidentemente no comprende la magnitud del caos ocasionado por (su) decisión”, escribieron los abogados Clifford Robert, Michael Farina y Michael Madaio en un escrito de apelación de 41 páginas al comenzar el quinto día de testimonios en el juicio sin jurado.
La decisión “sin duda provocará un daño grave e irreparable” no solo a Trump y otros acusados, sino a los empleados y otras personas “cuyos medios de vida dependen de las entidades afectadas”, sostuvieron los abogados.
Las empresas están “suspendidas en la incertidumbre y ostensiblemente ya no pueden pagarles a sus empleados”, y el estatus de las cuentas bancarias en Nueva York o las propiedades que mantienen no está claro, añadieron.
La semana pasada, la corte de apelaciones rechazó el intento de último momento de aplazar el juicio días antes de que comenzara. El jueves, los abogados de Trump retiraron una demanda que habían presentado contra Engoron como parte de ese recurso.
La corte de apelaciones escuchaba argumentos orales en las próximas horas, después que el juicio entrara en receso por el fin de semana.
La fiscalía se declaró dispuesta a discutir el aplazamiento del fallo de Engoron hasta después del juicio y de una decisión sobre seis reclamos restantes en su juicio a Trump y otros. Pero solo lo aceptará si el juicio continúa en las fechas dispuestas, escribió el fiscal Dennis Fan en una carta al tribunal de apelaciones.
Fan rechazó “trastornar el juicio en curso en mitad del río”, dada la planificación que requirió, los gastos de las medidas de seguridad para que asista Trump, las disposiciones especiales para dar acceso a la prensa y el público y el impacto que tendría la demora sobre los testigos que han alterado sus horarios para declarar.
