Ha pasado de todo en 24 años.
Le ha tocado trabajar con siete gobernadores, incluyendo a su hermano. Pudo aumentar el presupuesto municipal de $8 a $14 millones, pero regresó a la cifra original debido a la eliminación del Fondo de Equiparación. Redujo la jornada laboral temporeramente y llevó las plazas regulares de 300 a 85 en la alcaldía.
Ha navegado el post huracán y la pandemia con un flujo millonario de fondos federales. Defiende la descentralización gubernamental en momentos en que las alcaldías asumen cada vez más tareas estatales, sin el correspondiente presupuesto. Y, aunque dice que la experiencia como alcalde ha sido “buena”, la falta de un plan estratégico de país lo hace sentir que pelea en “la soledad del bosque”.
Juan Carlos García Padilla asumió el cargo a los 33 años y hoy, con 57, le pide a la población coameña que le permita juramentar al séptimo cuatrienio, el cual promete sería el último, para finalizar los proyectos de reconstrucción.
“La experiencia ha sido buena. El alcalde es el servidor público con más responsabilidades, más trabajo, pero con más satisfacciones”, expresó el funcionario en entrevista con La Perla del Sur.
“Y en Coamo a mí me ha ido muy bien en términos del desarrollo urbano, la ruralía, proyectos deportivos, las bellas artes -que me cayeron en las manos porque el Departamento de Educación colapsó con su proyecto- y los adultos mayores”, continuó.
García Padilla contó que, al comenzar su mandato en enero de 2001, se propuso trabajar con esas cinco áreas. En todas reclamó logros.
Para revitalizar el casco urbano, indicó, se ha dedicado a comprar estructuras en desuso, reconstruirlas, y alquilarlas para uso residencial o comercial. Hoy, en la periferia de la plaza pública hay viviendas, restaurantes, tiendas, un banco y una hospedería en construcción que es la apuesta a un crecimiento turístico futuro.
“Hemos reconstruido vivienda urbana, hemos traído servicios. El pueblo tiene vida”, aseveró.
“La oposición dice que yo he dañado el mercado. No, yo he rehabilitado el casco urbano. Vamos cuadra por cuadra, por ahí pa’ abajo. Todas las escuelas urbanas yo las he rehabilitado. La rotonda la hice yo, porque el gobierno tenía chavos para obra, pero no para diseño, pues yo lo hice”, estipuló.
En cuanto a las personas adultas mayores -un tema que lo apasiona-, comunicó que el gobierno municipal ya ha desarrollado cuatro centros de servicios y construirá un quinto.
“Somos la única ciudad habitable para adultos mayores certificada por AARP y la Organización Mundial de la Salud”, celebró.
Sin embargo, García Padilla criticó que el Ejecutivo no haya comenzado a ajustarse al cambio poblacional, por lo que los servicios se quedan cortos por falta de dinero.
“Hay un cambio demográfico, pero nosotros seguimos actuando como hace 30 años, con la misma estructura de gobierno y los mismos servicios. Entonces reaccionamos y decimos ‘toma $100 mil para ama de llave’. Pero es que no es eso, es que hay un cambio demográfico”, expuso.
Más luchas con el Ejecutivo
Otra crítica de su parte al gobierno central es la burocracia que consume el presupuesto y que, al final del día, no resuelve los problemas apremiantes. Aunque a los municipios se les ha acusado de lo mismo y de incurrir en gastos “alegres”, García Padilla defiende su permanencia.
“Yo eliminaría 50 agencias y, si fuera el gobernador, delegaría responsabilidades con dinero y trabajo, y me encargaría de lo administrativo del país: desarrollo económico, salud y seguridad. Todo lo demás, se lo delegaría a los alcaldes, no a los jefes de agencia”, propuso.
“El jefe de agencia no va a la elección, así que no tiene urgencia de que las cosas pasen. Las estructuras del gobierno (estatal) están anquilosadas, politizadas, no responden. El alcalde sí. Entonces, (si descentralizas) vas a poder crear las diferencias y la ciudadanía va a elegir mejor a sus alcaldes”, opinó.
Esa disfuncionalidad del gobierno central obedece, según el funcionario, a que “no hay una planificación estratégica y todo es política”.
“Todo son proyectos con estribillos, con nombres, con unas asignaciones de fondos temporeras, pero no nos sentamos a hacer un proyecto de país. Y cada día la brecha de la pobreza y de la desigualdad (se amplía). La calidad de la educación cada día es peor, el acceso a servicios médicos y la transportación colectiva”, prosiguió.
“En la etapa que yo estoy, no pienso en política partidista, lo que quiero es resolver los problemas. Eres tú en la soledad del bosque, tratando de impulsar una ciudad, tratando de rehabilitarla, tratando de traer gente a vivir, de traer tráfico”, agregó.
García Padilla dijo, además, que “el país necesita grandes decisiones para poder adelantar sus causas, que son duras, pero creo que está ávido para recibirlas”.
- ¿Hay gente dispuesta a tomar esas grandes decisiones?
“Hay que verlo en el camino”, contestó.
Su arraigo más allá del PPD
A lo largo de estos seis términos, García Padilla ha ganado reputación de buen administrador, similar a lo ocurrido con los alcaldes de Bayamón y Caguas.
- ¿A qué se lo atribuye?
“Al empoderamiento de mis empleados. El proceso de reconstrucción, que es el que me ha dado mucho capital, lo hemos hecho nosotros. Yo no he contratado a nadie. Y la transferencia del conocimiento es para los míos, no para que alguien me cobre por eso. Yo no tengo a nadie asesorándome. Nosotros nos tragamos las guías”, explicó.
“Creo que la capacidad administrativa es la que nos ha permitido poder ahorrar o maximizar los recursos para poder ejecutar. De igual manera, estamos líquidos. Este es un municipio pequeño, pero tenemos chavos”, añadió.
- ¿Cómo logró amarrar los votos de personas afiliadas a otros partidos?
“Mecanizando los sistemas y con el servicio al ciudadano. En cuanto a la basura, rompí con el esquema de que le recojo a quien me da la gana, cuando me da la gana. Además, desarrollamos un sistema de métricas con paga a los empleados de Obras Públicas, que mientras más servicio das de lo que se solicitó, más grande es el bono mensual”, señaló.
“Esa mentalidad (de dar los servicios por consideraciones partidistas) la sacamos. Ahora le recogemos a todo el mundo, por orden de llegada. Igual con los pozos sépticos, con facilidades recreativas o servicios de ama de llaves”, aseguró.
- ¿La fórmula de su éxito es resolverle los problemas cotidianos a la gente?
“Y presencia. Yo trabajo todos los días. Accesibilidad. Yo voy caminando al trabajo, porque vivo aquí. Eso crea confianza. Mi número de teléfono lo tiene todo el mundo. La accesibilidad, la confianza y el manejo de los eventos críticos”, respondió. “Todas las elecciones he ganado por más (votos)”.
María como salvavidas
La situación financiera de Coamo -como la de tantos municipios pequeños y medianos- sería muy diferente sin el desembolso millonario de asignaciones estadounidenses por causa de los desastres naturales y la pandemia. García Padilla resaltó que su equipo se esmeró en reclamar todo lo que pudieron y eso les dio oxígeno.
“Hicimos un gran proceso de reclamación. Tengo que quitarme el sombrero ante mis muchachos. Nosotros reclamamos muy bien. Todo el mundo estaba bregando con la emergencia y el 100 por ciento de esos salarios yo los reclamaba. Facturamos muy bien a FEMA y ahí cogimos aire”, estipuló.
Su estimado “conservador” es que, al momento, le han aprobado “de $150 a $160 millones”.
Precisamente, para terminar los proyectos de reconstrucción es que García Padilla quiere quedarse en la alcaldía. En el tintero están el Coliseo Edwin “Puruco” Nolasco, el parque de béisbol, la nueva sede de Emergencias Médicas y una moderna Escuela de Bellas Artes.
“Yo voy camino a la reelección, porque tengo una responsabilidad sobre los fondos que nosotros reclamamos, que no quiero que pase como en los municipios donde llegaron alcaldes nuevos (en el 2021). El cuatrienio pasado llegaron a aprender y se les ha hecho bien complejo accionar”, sostuvo.
García Padilla confesó que consideró no aspirar a las elecciones de 2016 cuando su hermano Alejandro confirmó que no buscaría otro término en la gobernación. No obstante, dijo que “no quería que nadie pensara o que quisieran mezclar que me estaba yendo por lo mismo, y entonces decidí quedarme”.
El alcalde aseguró que este sí sería su último cuatrienio.
“Puedo decir que me siento bien orgulloso y contento, porque la gente se siente tranquila con mi gestión, de todos los partidos, todos. Esta es mi última elección y ya todo el mundo lo sabe, pero trabajo todos los días con el mismo ímpetu y el mismo corazón que en el 2001, y te aseguro que más”, manifestó.
Excelente labor Sr Alcalde.