Durante la administración del gobernador Pedro Pierluisi, propuestas impulsadas por entidades como AES Puerto Rico y Putnam Bridge, del inversionista neoyorkino Nicholas Prouty, han recibido luz verde para plantar sendos proyectos industriales de placas solares sobre más de 1,250 cuerdas de terreno agrícola, ubicado entre los municipios de Salinas y Guayama.
La predilección por estos vastos espacios, sin embargo, debe ser repensada, al igual que la inclinación gubernamental por centralizar la generación de energía solar y sus multimillonarias ganancias “en gente cercana”, denunció este lunes Juan Dalmau Ramírez, candidato a la gobernación por el Partido Independentista Puertorriqueño.
“Creo que esos contratos que nos amarran las manos por décadas y que pueden tener un impacto, ya sea en la salud o en terrenos agrícolas o, incluso, en reservas naturales, hay que revisarlos”, dijo a La Perla del Sur el también exsenador.
“Sí puede haber un nivel de placas solares a gran escala, pero que no afecte lo agrícola, ni afecte los recursos naturales ni ambientales”, reiteró el candidato, previo a mencionar modelos como los propuestos por el doctor en Economía, Edwin Irizarry Mora, quien durante la pasada década propuso reutilizar para el mismo propósito el solar de la extinta Corco en Peñuelas.
No obstante, Dalmau Ramírez fue más lejos al emplazar a Pierluisi para que conceda a la próxima administración gubernamental la potestad para revisar propuestas similares, en turno para aprobación.
“Creo que el gobernador, que está de salida, ya no solamente porque haya perdido una elección, es que no es ni candidato en esta elección, debe tener un grado de civilidad gubernamental de dejar que quien venga pueda revisar esas consideraciones contractuales”.
“Y cuando hablo de un acto de civilidad gubernamental, es que cuando uno está de salida, en términos de gobierno, no debe asumir que debe amarrar todos los nudos antes de irse para dejar bien amarrada a su gente o a gente cercana”, continuó.
“Yo creo que un modelo de energía renovable tiene que ser variado. Tiene que incluir la utilización de techos, estacionamientos de condominios que pueden establecer placas solares y crear redes de cooperativas energéticas”.
Entre estas últimas, aludió al exitoso modelo de la organización Casa Pueblo, la que tras el paso de huracán María ha impulsado redes cooperativas para que las comunidades de Adjuntas puedan gestionar su propia energía solar y autosuficiencia.
Optar por contratos a largo plazo para corporaciones con historial de crasas violaciones ambientales como AES Puerto Rico, además, ni siquiera debe estar sobre la mesa, opinó.
“Una empresa que ha mostrado actuar de mala fe y que ha tenido unas protecciones privilegiadas por acceso a gobiernos del Partido Popular y del PNP, yo no le daría el beneficio de la duda de que pueden aportar”, sentenció.
“Y esos contratos hay que revisarlos todos”, agregó. “Hay que ver también las reclamaciones civiles, las reclamaciones de daño ambiental y los costos que pueda tener el gobierno de Puerto Rico, porque ese es el colmo, que también recaiga en el gobierno de Puerto Rico, que no es otra cosa que los contribuyentes, pagar por la limpieza de la poca vergüenza”.
Como ha reseñado La Perla del Sur, durante este año el gobierno de Pierluisi ha formalizado con AES Puerto Rico dos nuevos acuerdos que le inyectarán a la corporación privada sobre $7,500 millones en ingresos.
Ambos permitirán a su filial Clean Flexible Energy facturar $300 millones anuales durante 25 años, a cambio de 400 megavatios de electricidad generada con una materia prima libre de costo, el sol.