La Unesco ha iniciado un «diálogo mundial» con el fin de crear «directrices para regular las plataformas digitales, luchar contra la desinformación y la incitación al odio y proteger la libertad de expresión» y celebrará una conferencia al respecto en su sede en París los próximos 21 y 23 de febrero.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura espera que sus directrices, dirigidas a «gobiernos, organismos reguladores y empresas digitales», estén listas a mediados de 2023, según detalló este miércoles en un comunicado.
«Ha llegado el momento de abordar una de las cuestiones definitorias de nuestra era, con implicaciones para la democracia y los derechos humanos en todo el mundo: el reto de cómo apoyar a los Estados en la elaboración de principios y normas para las plataformas digitales», declaró Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO.
El objetivo es asegurar la «libertad de expresión», al tiempo que se promueve la «disponibilidad de información precisa y fiable”, dentro de un modelo de negocio que esta agencia de la ONU califica como «defectuoso».
A pesar de las grandes ventajas en materia de comunicación, transformación social y distribución del conocimiento, estas plataformas son «cada vez más» un «caldo de cultivo para la desinformación, la incitación al odio y las teorías conspirativas».
«En los últimos años, la cuestión del control y la moderación de contenidos ha sido un factor importante en la violencia, la insurrección, las elecciones desvirtuadas y las transferencias democráticas de poder en numerosos países», resalta el comunicado.
Esto es una consecuencia de priorizar la «participación del usuario a cualquier precio», traducida en algoritmos que favorecen los contenidos más controvertidos, «a pesar de la evidencia de que esos contenidos pueden dañar el tejido de nuestras sociedades».
Hay, además, «grandes desequilibrios entre regiones y lenguas, y los recursos de moderación se distribuyen a veces en función de intereses financieros o políticos, o demasiado tarde, en respuesta a la indignación pública».
Al tratarse de un «problema global» que hasta ahora solo ha tenido respuestas descoordinadas, la Unesco, en su calidad de organismo de las Naciones Unidas encargado de las cuestiones de comunicación e información, tomará el liderazgo en esta batalla, en busca de un «enfoque mundial coherente», indicó.