Profeta en su tierra José Enrique Ayoroa Santaliz

Desde este mes, una de las más transitadas y concurridas esquinas del centro urbano de Isabela proclama el nombre de uno de sus hijos predilectos: el abogado, escritor, deportista y líder cívico José Enrique “Quique” Ayoroa Santaliz.

El acto oficial donde se reconoció su nombre y trayectoria tuvo lugar el pasado viernes, 17 de febrero, en la plaza de recreo isabelina y la esquina de las calles Manuel Corchado y Emilio González, espacio donde se colocó el emblema que perpetúa al también aplaudido ponceñista.

“Para nosotros es un gran honor ser parte de esta iniciativa que inició un grupo de amigos y compañeros de Quique, quien, siendo natural de Isabela, la vida lo ha llevado a hacer el bien en todo Puerto Rico, particularmente en la hermana ciudad de Ponce”, resaltó en su mensaje oficial el alcalde Miguel Méndez Pérez.

“Su historia está llena de luchas de gran altura, de defensa de nuestra nacionalidad puertorriqueña, y para este servidor es de vital importancia que nuestra juventud tenga buenos ejemplos de valor y sacrificio, como bien enseñó don Pedro Albizu Campos. Y Quique Ayoroa representa perfectamente esos valores”, destacó.

Ayoroa Santaliz nació el 18 de septiembre de 1939 y estudió educación primaria en el Colegio San Antonio de Isabela, donde se graduó en el verano del año 1957 y obtuvo, entre otros honores, la Medalla de Excelencia General.

Completó su Bachillerato con concentraciones en Ciencias Políticas y Filosofía en la Universidad Católica, en cuya institución fue presidente del Consejo de Estudiantes, director del periódico La Nao y presidente de los Clubes de Filosofía y Ciencias Políticas y del Círculo Literario José de Diego. Asimismo, formó parte de las Fraternidades Honoríficas de Historia, Ciencias Políticas y Filosofía.

En el año 1960 ingresó en la primera clase de la Escuela de Derecho de la Universidad Católica y simultáneamente inició su programa deportivo radial diario a través de la emisora de la Universidad Católica.

Durante sus años en la Escuela de Derecho, publicó además varios libros, entre ellos El Baloncesto en Isabela, premiado por la Facultad de Escritores de Deporte de Puerto Rico.

También formó parte de la Junta de Directores de la Federación de Atletismo Aficionado de Puerto Rico, así como del Comité Organizador de los Primeros Juegos Ponceños y de los Quintos Campeonatos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en Ponce en el año 1975 con la participación de 21 países.

En agradecimiento a su labor a favor de la comunidad ponceña, el Gobierno Municipal de Ponce le otorgó en el año 1976 la Copa de Excelencia Ponceña; mientras que la Delegación de Ponce del Colegio de Abogados de Puerto Rico le hizo un reconocimiento público y el Club de Ejecutivos de Ventas y Mercadeo lo seleccionó el Ejecutivo del Año en el ámbito deportivo durante el año 1978.

A lo largo de su trayectoria profesional también dedicó años de estudio historiográfico para la publicación de libros como De Guajataca a Los Cedros y Contracanto al olvido: Patriotas.

Durante su premiación anual del 1983, el Pen Club de Puerto Rico seleccionó sus columnas periodísticas como Columna-Literaria del Año, ocasión en la que el poeta Juan Antonio Corretjer tuvo a su cargo su semblanza y la entrega del premio correspondiente.