Las cooperativas han logrado mantener la calidad de sus activos estables a pesar del entorno económico incierto, según el Índice de Estabilidad Financiera preparado por Estudios Técnicos, Inc. (ETI).
“El valor del índice de Estabilidad Financiera de las cooperativas de ahorro y crédito se situó en el 0.65 en el primer trimestre del 2024 comparado con un 0.51 en el primer trimestre del 2023. La industria ha mantenido un buen desempeño financiero. Sin embargo, hay indicaciones que sugieren mucha cautela, sobre todo considerando la incertidumbre económica y financiera prevaleciente actualmente”, expresó el economista Leslie Adames, director de la División de Análisis y Política Económica de ETI.
El valor del Índice de ETI de Estabilidad Financiera para la industria de las cooperativas de ahorro y crédito en Puerto Rico fluctúa entre el 0 y 1. Mientras más se aproxime a 1, más fortalecida financieramente estará la industria, y viceversa.
Adames destacó, entre los puntos más importantes de los resultados financieros publicados por COSSEC para el primer trimestre del 2024, una tasa de morosidad baja.
“La tasa de morosidad incrementó del 1.91 por ciento en el primer trimestre de 2023 a 2.27 por ciento en el primer trimestre del 2024. Sin embargo, permanece por debajo del promedio histórico de 4.56 por ciento entre el 2014 y 2019. No obstante, han aparecido fisuras en la posición financiera de los consumidores y de las empresas que suponen un riesgo importante de crédito, y para la rentabilidad de la industria”, comentó.
Un dato adicional es que también aumentó el capital ajustado por las acciones de los socios (capital total menos acciones de socios). El capital ajustado incrementó de los $668 millones en el primer trimestre del 2023 a los $920 millones en el primer trimestre del 2024, apoyado por el aumento en Otras Reservas y Sobrantes y una reducción en la Reserva de Valoración de Inversiones.
“El balance de depósitos totales incrementó en $224 millones anual a $8,415.7 millones en el primer trimestre del 2024. Esto fue principalmente por el aumento en los certificados de depósitos ($577 millones), mientras que los depósitos en cuentas corrientes y de ahorros disminuyeron en $285 millones en el periodo”, informó el economista.
El beneficio neto de la industria se estimó que incrementó de $129.9 millones en el primer trimestre del 2023 a unos $209.2 millones en el primer trimestre del 2024. Sin embargo, la variación trimestral refleja una ralentización durante los últimos tres trimestres.
La disminución en la rentabilidad está acompañada de incrementos en los costos operacionales según sugiere el aumento en la razón de gastos de 68.5 por ciento en el tercer trimestre del 2023 a 76.7 por ciento en el primer trimestre del 2024.
“La contención de costos, el control en las provisiones y en el costo de fondos, la transformación tecnológica, y la diversificación de las fuentes de ingresos recurrentes serán elementos fundamentales para mejorar la rentabilidad, promover la generación de capital y fortalecer la solvencia de la industria”, comentó Adames.
El economista añadió que la liquidez continúa siendo un reto. El crecimiento en préstamos superó el experimentado en los depósitos, resultando en que la razón de préstamos a depósitos aumentara de 79.87 por ciento en el primer trimestre del 2023 a 84.77 por ciento en el primer trimestre del 2024.
La razón de préstamos totales a acciones de los socios, por su parte, incremento de 258 a 289 por ciento, mientras que la razón de efectivos e inversiones en valores negociables a total de activos continúa reflejando problemas, disminuyendo de 26.1 a 25.2 por ciento durante el periodo.
“En el corto plazo, hay varios riesgos que la industria de las cooperativas de ahorro y crédito debe velar. Sin embargo, entre los que deben destacarse están: la continua volatilidad en las tasas de interés de las notas del Tesoro a largo plazo, la presión competitiva de alternativas de ahorro no tradicionales (Fintech) ofreciendo tasas de interés más altas, la rotación en los depósitos hacia los CDs, el incremento en el endeudamiento del consumidor, y la presión en los gastos operacionales ante el entorno inflacionario que persiste en los servicios”, concluyó Adames.