Residentes del sur de Puerto Rico gastaron un promedio de $584 mensuales en restaurantes durante el año 2022, según el Estudio ASORE de Tendencias (EAT), comisionado por la Asociación de Restaurantes de Puerto Rico (ASORE).
La firma The Research Office realizó la investigación con una muestra de 1,000 personas de 18 a 64 años, de las cuales 147 (14.7 por ciento) residen entre Guánica, Yauco, Guayanilla, Peñuelas, Ponce, Juana Díaz, Santa Isabel, Coamo, Salinas y Guayama.
El 70 por ciento de la muestra dijo residir en el área metro. Del total, el 53 por ciento fueron mujeres y 47 por ciento hombres, y la mediana de edad de los participantes se ubicó en los 40.5 años.
El margen de error es 3.1 para la muestra total y 8.1 para la muestra sureña, según la firma.
El gasto mensual promedio en restaurantes a nivel isla para el 2022 fue $493, lo que representa un aumento respecto a los $445 y $381 registrados en los estudios EAT de 2018 y 2019. Este análisis no se hizo en el 2020 y 2021 debido a la pandemia de coronavirus.
“¿Cuál es la única otra región que se acerca a Ponce? San Juan con $594”, señaló hoy el director ejecutivo de The Research Office, José Alfonso, durante la presentación del estudio en el Complejo Ferial Juan H. Cintrón en Ponce.
“En esto ayuda la frecuencia de visitas a restaurantes, que están muy por encima del promedio, y que en el sur hay unos bolsillos de mucha, mucha plata”, aseveró.
Muchas comidas afuera
En casi todas las categorías de restaurantes, el sur supera el promedio de la isla en cuanto a visitas mensuales.
El estudio arrojó que las visitas mensuales promedio a un restaurante fine dining fue 3.2 a nivel isla y 9.5 en el sur.
“¿Quiénes son los responsables de esa frecuencia de uso? El nivel socioeconómico alto de Ponce, en áreas particulares como Coto Laurel”, puntualizó Alfonso. “Donde único vemos ese nivel de uso es en San Juan, pero Ponce y el sur están ahí”.
Donde hay gran diferencia es en el gasto promedio en estos restaurantes de lujo, pues el promedio es $92 a nivel isla y $55 en el sur.
Por otra parte, los coffee shops también evidenciaron arraigo en la costa caribeña, pues el estudio reveló un promedio de 10 visitas mensuales a nivel isla y 14.3 en el sur.
Asimismo, en las barras, que son lugares donde se vende alcohol exclusivamente, el promedio fue 7.1 a nivel isla y 11.4 en el sur.
En la categoría de restaurantes de servicio rápido, que incluye a los “come y vete” de capital local y extranjero, el promedio fue 7.5 visitas al mes a nivel isla y 11.1 en el sur.
Para los food trucks, entretanto, los hallazgos fueron: 4.9 visitas al mes a nivel isla y 8.4 en el sur.
Le siguieron de cerca los restaurantes casuales, que son mayormente las cadenas extranjeras como LongHorn Steakhouse y Chili’s, con un promedio de 2.8 visitas mensuales a nivel isla y 8.3 en el sur.
“Hay menos restaurantes de este tipo en el sur, pero se usan más”, observó Alonso.
En los restaurantes familiares, que son básicamente los locales -sean o no cadenas-, se registraron 3.3 visitas al mes a nivel isla y 6.6 en el sur.
Además, en los restaurantes chinos, el sur reportó 6.6 visitas al mes versus las 5 visitas promedio a nivel isla.
Factores decisivos
Por otro lado, el 80 por ciento de los encuestados dijo que toma en cuenta la disponibilidad de productos y cosechas locales a la hora de decidirse por un restaurante u otro. En el sur el número fue 88 por ciento.
Otros factores que inciden en esta decisión son los especiales sorpresa (77 por ciento a nivel isla y 86 por ciento en el sur) y que el restaurante ofrezca cervezas locales (64 por ciento a nivel isla y 71 por ciento en el sur).
Sobre las finanzas personales
El Estudio ASORE de Tendencias también midió el ánimo de los consumidores con relación al panorama económico de Puerto Rico y el impacto en sus finanzas personales.
Cuando se le preguntó cómo percibía la economía de Puerto Rico al presente, el 17 por ciento de la muestra respondió “excelente o buena”; en el sur fue 33 por ciento.
Respecto a cómo estaban las finanzas personales ahora, el 24 por ciento dijo “excelente o buena”. Los sureños presentaron un panorama más alentador con un 32 por ciento.
Llama la atención que ante la pregunta de cómo comparaba su situación financiera actual con la de hace un año, el 29 por ciento de los sureños dijo que estaba “mejor ahora” (15 por ciento a nivel isla) y la misma cantidad respondió que hace un año estaba “mejor que ahora” (17 por ciento a nivel isla).
Además, el 37 por ciento de los sureños opinó que Puerto Rico mejoraría financieramente en un año (18 por ciento a nivel isla).
Ese panorama económico ha provocado que la mayoría de la muestra limite sus gastos en restaurantes.
Según el estudio, el 40 por ciento de la muestra y 39 por ciento de los sureños asumieron una actitud de “esperar y ver” si mejora la economía para poder gastar más.
No obstante, el 24 por ciento de los sureños dijo estar “bien preocupado”, lo que le llevó a limitar sus gastos significativamente. A nivel isla fue el 38 por ciento.
El 23 por ciento de los sureños, versus el 17 por ciento a nivel isla, se mostró “confiado” en su situación financiera actual, por lo que “no se limitan mucho”, y el 14 por ciento dijo estar “inseguro” (5 por ciento a nivel isla).
Aumento de precios los cohíbe
De otro lado, el estudio reveló que el 60 por ciento de los sureños entiende que los precios de los restaurantes de servicio rápido han aumentado (53 por ciento a nivel isla), mientras que el 66 por ciento piensa que los precios de todos los demás restaurantes han incrementado (63 por ciento a nivel isla).
Eso ha provocado que el 88 por ciento de los encuestados del sur vaya menos a los restaurantes y el 89 por ciento gaste menos cuando lo hacen.
Más valor por dinero
El director ejecutivo de The Research Office explicó a los comerciantes reunidos en el Complejo Ferial que “el 2022 fue récord en gasto, particularmente, en el último trimestre”, pero que el 2023 luce “pesimista” y resulta cuesta arriba alcanzar esa meta.
Esto, porque la inflación ha continuado provocando el alza del costo operacional de los restaurantes, que se traduce en precios más altos para los consumidores y la eventual merma en visitas y gasto.
Alfonso también mencionó que los clientes se volvieron más tolerantes al servicio lento por comprender el efecto que tuvo la pandemia de Covid-19 en los empleos. Sin embargo, advirtió que “tenemos que ver si esa tolerancia se sostiene en el futuro”.
Por ello, exhortó a los comerciantes a aumentar el valor de la experiencia que, esté justificada o no, indudablemente es más costosa que en el pasado.
“Tenemos que entregarles valor por el dinero. No solo es que tienes el precio correcto, sino que la experiencia completa, desde que me estacioné hasta que me despediste, es superlativa. De este modo, los consumidores se vuelven más leales”, afirmó.
Para animarlos, Alfonso mencionó que otros estudios han concluido que los restaurantes fueron un bálsamo para la gente tras el encierro y aislamiento por la pandemia, y que los comerciantes deben capitalizar sobre eso.
“La gran ventaja que tienen los restaurantes es que proveen una recompensa emocional que no te la da el centro comercial, el irte a janguear ni la playa. El restaurante tiene esta conectividad afectiva. Esa pelea la tenemos gana, pero hay otras cosas que tenemos que cumplir también para que haya lealtad”, agregó Alfonso.