Puerto Rico, Cuba, la República Dominicana y Haití, al igual que el Golfo de México deben prepararse para huracanes más intensos, así como para los futuros efectos del aumento del nivel del mar, que hacia finales de siglo podría subir al menos dos metros con respecto al actual.
Así lo aseveró Edil Sepúlveda, científico del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, tras la divulgación este jueves de un informe de la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera (NOAA) de Estados Unidos, que revela que 2022 fue el sexto año más cálido desde que se tienen registros, es decir, desde 1880.
Sepúlveda manifestó que los resultados del reporte van en línea con el patrón de calentamiento que registra el planeta en las últimas décadas, y con los últimos ocho años como los más cálidos, una tendencia que de continuar producirá largos periodos de sequía intercalados con precipitaciones extremas en áreas de América Latina y el Caribe.
Nacido en Puerto Rico, el científico puso como ejemplo los catastróficos efectos que ocasionaron en esa isla caribeña, que adolece de una infraestructura adecuada, los huracanes María (2017) y Fionna (2022), «algo que se puede repetir en cualquiera de esas pequeñas islas-estado que son muy vulnerables» y en países de Latinoamérica.
«En el futuro veremos más de lo mismo, más intensificado», auguró el investigador, tras aludir a eventos de clima extremo aparecidos en el planeta en los últimos doce meses como olas de calor intensas, incendios forestales fuera de época y huracanes en mayor número y potencia.
El reporte de la NOAA, que se complementa con otro de la Administración Nacional del Espacio y la Aeronáutica (NASA), constata que en 2022 la superficie terrestre y oceánica fue 0.86 grados Celsius superior a la media de 13.9 grados Celsius.
«Y aún cuando tuvimos el fenómeno de La Niña» ese año, matizó Sepúlveda, en alusión al fenómeno climático periódico ocurrido el año pasado y que se caracteriza por enfriar la superficie de las aguas del Océano Pacífico.
El científico agregó que de no haber sido por este fenómeno, que es la contraparte de El Niño (que calienta las aguas del Pacífico), la superficie terrestre y oceánica podría haber bordeado 1 grado centígrado arriba de la media y, en ese caso, 2022 se habría ubicado entre los tres años más calientes de la historia.
La agencia espacial estadounidense elaboró un reporte separado que estima que 2022 empata con 2015 como el quinto año más caliente de la historia, en una tabla que encabezan los años 2020 y 2016 y que confirma que el calentamiento global no cesa, con los consecuentes efectos catastróficos para las poblaciones.
«No vamos por buen camino», lamenta Sepúlveda al comparar el hallazgo del reporte de hoy con la recomendación del Acuerdo de París de que la temperatura del planeta no sobrepase los 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, a fin de evitar lo peor del calentamiento global.
Durante una teleconferencia celebrada hoy, Sarah Kapnick, científica jefe de la NOAA, dijo que Estados Unidos tuvo en este 2022 su tercer año más costoso en asuntos relacionados a desastres climáticos, «excediendo los $165 mil millones en daños».
Según la NOAA y la NASA, 2022 fue el 46º año consecutivo (desde 1977) con temperaturas globales por encima del promedio del siglo XX, y con los últimos nueve años (2014-2022) entre los 10 años más cálidos.
«Es una tendencia que crece en magnitud», alertó en la misma teleconferencia el administrador de la NASA, Bill Nelson, quien enfatizó que el reporte «es un llamamiento a la acción».