El Departamento de Desarrollo Económico (DDEC) de Puerto Rico adquirió por $50,000 tres impresoras para fabricar corales artificiales e implantar al menos 36,000 de ellos en los próximos tres años en la isla-municipio de Culebra.
La producción de estos corales artificiales estará a cargo del Programa de Desarrollo de la Juventud del DDEC, junto al Laboratorio Engine-4 & T-Mobile 5G N-BIOT, con el propósito de reforzar el ecosistema marino que protege las costas de Puerto Rico.
«Proteger y cuidar el hábitat marino es imprescindible para combatir la erosión costera afectada en gran parte por el cambio climático», dijo Manuel Cidre, secretario del DDEC, en un comunicado de prensa.
Los corales artificiales se implantarán entre 19 y 32 pies de profundidad en las costas de Culebra, donde se desarrollan tres zonas de protección.
Durante la primera fase del Programa, se pretende la instalación de sobre 36,000 corales artificiales en los próximos tres años con la ayuda de los biólogos de la Sociedad de Ambiente Marino.
Por su parte, Luis A. Torres, cofundador de Engine-4 Corp., explicó que su empresa produce especies de coral como el acropora cervicornis, acropora palmata y brain coral.
El Laboratorio Engine-4 tiene la capacidad de crear sobre 1,000 piezas mensuales, gracias a la subvención del DDEC y las tres unidades que se unieron al equipo 3D en su laboratorio.
Según detalló Torres, el proceso consiste en recolectar los pedazos de corales dañados por las embarcaciones o corrientes del mar, para llevarlos a una finca marina para que crezcan y luego adherirlos a los artificiales.
Luego de un periodo de entre ocho a 10 meses, la parte del coral de maíz se desintrega quedando solo el coral natural.
En agosto de 2021, el gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, declaró una emergencia ecológica ante la rápida propagación de la enfermedad de pérdida de tejido de corales duros, lo que representa una amenaza directa para el ambiente y la economía de la isla.
Pierluisi firmó además la Orden Ejecutiva 2021-66, que autorizó al Comité de Supervisión de Desembolsos, creado el año pasado, a que asigne $1 millón al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales para iniciativas de conservación y recursos naturales.
La muerte masiva de corales implica la extinción de múltiples especies importantes, constituyendo una pérdida significativa de diversidad marina.
Los arrecifes pueden amortiguar entre el 50 y 90 por ciento de la energía del oleaje, por lo que si desaparecen, se pierde la capacidad de atenuar las olas y ante el fenómeno de cambio climático que impacta a Puerto Rico, esto significa un alto nivel de riesgo de erosión litoral.