El Aeropuerto Mercedita de Ponce, cuya pista quedó parcialmente bajo agua luego de que el Río Inabón se saliera de su cauce ayer, fue reabierto a las 6:00 de la tarde de hoy.
De este modo, JetBlue retomaría sus vuelos hacia Nueva York y Orlando, y Frontier haría lo propio mañana a Orlando.
El director ejecutivo de la Autoridad de los Puertos de Puerto Rico, Joel A. Pizá Batiz, dijo esta tarde a La Perla del Sur que se realizaron tareas de limpieza y pruebas para determinar la viabilidad de retomar las operaciones ordinarias del aeropuerto.
Alrededor de mil pies de la pista, que representa una quinta parte, se inundó ayer por la crecida del Río Inabón producto de las lluvias asociadas a la cola de la tormenta tropical Ernesto.
“Hicimos un análisis del sistema eléctrico. Luego de una inundación como esa, muchas luces quedan bajo agua”, dijo Pizá Batiz temprano esta tarde al concluir su visita a Mercedita.
Luego de la reapertura de la pista, la agencia se propone continuar la limpieza del aeropuerto y su periferia.
“Ya se hizo el análisis, se certificó, no hay escombros que puedan hacerle daños a las aeronaves y las luces de la pista funcionan. Pero también queremos limpiar todos esos canales y diques alrededor de la pista que ahora están llenos de agua, de material vegetativo, escombros y basura”, explicó Pizá Batiz.
“Y también queremos mitigar el puente detrás del aeropuerto, que con todo ese lodo y esa basura se obstruye, el agua se desborda hacia los lados y también impacta la pista de aterrizaje”, prosiguió.
Se trata del puente sobre la carretera PR-1, donde ayer quedó atascada gran cantidad de basura, escombros y material vegetativo, arrastrado río abajo mientras Ernesto precipitaba más de ocho pulgadas de lluvia sobre Ponce.
El director ejecutivo dijo que espera por la aprobación de un contrato de emergencia para poder realizar esa limpieza profunda.
Con relación al trabajo de mitigación que se hizo en el puente de la PR-1, que incluyó levantar un muro para tratar de impedir que el río arropara la carretera, Pizá Batiz comentó que entiende que ayudó a que la inundación no fuera tan grave esta vez, comparado con lo ocurrido durante el huracán Fiona en el 2022.
“Sin duda alguna, esos trabajos ayudaron a mitigar también. El elemento de menor lluvia, más ese trabajo de mitigación que se realizó, sin duda tuvo un efecto positivo”, opinó. “Pero esto sigue poniendo en relieve la importancia de canalizar el río Inabón”.
Ese proceso, no obstante, apenas se encuentra en etapa de estudios.
Pizá Batiz reconoció que “eso va a demorar como 10 años, honestamente”.