Entre los meses de julio de 2023 y junio de este año, Genera PR demostró no tener la capacidad de cumplir con la demanda energética del país en 111 ocasiones, provocando apagones que se extendieron por 16 a 142 minutos y retirando de la red a entre 78 mil a 91 mil clientes.
Según datos certificados por la compañía LUMA Energy, otros cuatro episodios ocurrieron entre el pasado 1 y 31 de julio por averías en unidades generatrices, desconectando automáticamente a 94 mil abonados.
Aunque el informe no precisa cuantos de estos clientes son residenciales o comerciales, los datos podrían significar que entre 150 mil a 282 mil personas en la isla pudieron sufrir los efectos de estas interrupciones.
“Esto es un desastre continuo”, puntualizó de entrada Rolando Emmanuelli Jiménez, abogado que por los pasados tres años ha tronado contra las cláusulas leoninas de los contratos aprobados por la administración del gobernador Pedro Pierluisi para la privatización del servicio eléctrico en Puerto Rico.
“Genera PR vino con la narrativa de que iba a resolver los problemas de generación y esto comprueba que las representaciones sobre su capacidad para gestionar el sistema fueron falsas. Que en vez de mejorar las cosas, lo que ha hecho es empeorarlas, porque ese es el resultado neto: ha empeorado el sistema de generación Puerto Rico”, opinó.
“Ahora queda evidenciado que en los pasados 10 años el sistema estaba en mejor forma. Y no lo digo yo, lo señala Josué Colón (director de la AEE), quien lo documentó, específicamente, cuando le entregó las plantas a Genera”, añadió.
No obstante, el panorama evidenciado en los reportes titulados Monthly Generation Performance Report apuntan a una realidad más crítica para la población y la actividad económica del país, debido al propio desempeño de LUMA, la corporación que desde el 2021 ha asumido la operación y administración del sistema de transmisión y distribución de energía eléctrica en Puerto Rico.
“Aquí tenemos a dos compañías incompetentes, que no pueden manejar su sistema dentro de los términos y las condiciones que fijaron en sus contratos, pero que, además, son interdependientes, creándonos la tormenta perfecta para que nunca tengamos un servicio de energía confiable”, denunció Emmanuelli Jiménez.
“Por un lado, la generación la hace Genera PR, pero LUMA es quien la distribuye. Y la falta de sincronización ha sido un detonante de apagones en varias ocasiones”, continuó.
“Y cuando hablo de la falta de sincronización, es que LUMA es quien despacha la energía, y cualquier error en ese despacho puede tumbar las plantas o puede generar averías en las centrales. Y eso ha pasado”.
Esta “incompetencia”, recalcó, no únicamente está pasando factura en el hastío de los clientes de LUMA, sino que además profundiza las pérdidas económicas que han tenido que asumir residentes y comerciantes, mientras ambas empresas privadas facturan colectivamente $300 millones anuales por sus servicios.
“Lo peor es el daño a la economía, las pérdidas de oportunidad y la mala reputación empresarial que se tiene en Puerto Rico, porque aquí no puedes montar un negocio si no tienes una planta (generador eléctrico), sentenció.
“Y todo esto, sin medir el impacto en la vida, la salud y en la seguridad de los puertorriqueños y puertorriqueñas, particularmente, los de la edad adulta”.