Tras la reaparición de grietas en el terreno y el resurgimiento de derrumbes en la comunidad Alturas de Guánica, tanto la población como el alcalde Ismael Rodríguez Ramos tienen motivos fundados para creer que lo peor no ha pasado.
Fue luego de un episodio de lluvias copiosas el pasado mes de mayo cuando la tierra volvió a abrirse en la transitada calle Las Rosas, causando consternación entre vecinos y forzando a decenas a desalojar sus hogares, para ubicarse en viviendas de familiares o el refugio de emergencia, activado en la escuela elemental María McDougall.
Ahora, con la tormenta tropical Ernesto aproximándose a la isla, solo resta exhortar a residentes de zonas cercanas a buscar un lugar más seguro para ellos y sus familias.
“En estos momentos, esa montaña sigue mostrando deslizamiento”, reconoció en entrevista el alcalde, “por lo que no hay razón para que existan personas en esa área”.
Según expuso, los ocho damnificados que permanecían refugiados en la escuela Franklin Delano Roosevelt ya fueron reubicados temporalmente en un complejo de apartamentos del barrio Montalva, para desalojar el plantel y prepararlo para el semestre escolar.
“El 100 por ciento ya tiene una casa de alquiler vista”, añadió Rodríguez Ramos. “Y tan pronto cumplan con la etapa de contrato con los arrendadores y los trámites de agua y luz, se van a estar moviendo a una vivienda privada de alquiler por un año, en lo que se hace el trámite con aquellos que estén cualificando para la relocalización y la compra de un nuevo hogar”.
El operativo, explicó, se financia con fondos del Programa de Reemplazo de Viviendas del Departamento de la Vivienda de Puerto Rico, y recursos municipales.
Entretanto, reiteró que la zona afectada de Alturas de Bélgica y Monte Pelao es “un área en inminente peligro, donde se supone que no esté nadie y nosotros vamos a reforzar ese mensaje durante estos días”.
A la merced de la marejada
Asimismo, Rodríguez Ramos mencionó que otra fase de los preparativos de la Oficina de Manejo de Emergencias Municipal se centra en áreas susceptibles a inundaciones, como la zona costera del Malecón y sus comunidades vecinas, Vistamar y la barriada Esperanza.
“Ahí, obviamente, está la bomba del control de inundaciones”, comentó.
“Estamos verificando que todo esté operando de manera normal, pero eso no significa que estas bombas van a controlar inundaciones. Recurrentemente, una lluvia copiosa en esa área de Vistamar y en el área de la barriada Esperanza provoca inundaciones”.
“Aun así, se está haciendo el trabajo. Se han limpiado las zanjas y se han verificado las alcantarillas. Se está haciendo todo lo correspondiente para tratar de mitigar el impacto que puedan causar grandes lluvias en esa área, pero hay que aceptar que es un área susceptible a inundación y nosotros estaremos informando la ciudadanía si tomamos la decisión de abrir refugios en lo que pasa el mal tiempo”, agregó.
Llamado a la solidaridad
De otra parte, al igual que su homólogo en Coamo, Rodríguez Ramos hizo un llamado a la comunidad de Guánica y todo el país para que incluyan en su lista de preparativos a vecinos de edad avanzada. Especialmente, a aquellos con problemas de movilidad y necesidad de apoyo emocional.
“Tenemos una gran población de adultos mayores y personas solas, por lo que mi llamado es a la empatía, para que, como vecinos, miremos hacia el lado, preguntemos si hace falta algo y nos pongamos a la disposición”, expresó el ejecutivo municipal.
“Hay muchas personas que viven solas y el único enlace de servicio que tienen es el municipio a través de una ama de llave, a través de servicios de alimentos o a través del centro de envejecientes, lo que también demuestra, una vez más, la importancia y urgencia de que se den recursos a los municipios para seguir ayudando a quienes perdieron a seres queridos, ya sea porque fallecieron o porque ya no viven en la isla”, puntualizó.