Santa Isabel, uno de los municipios costeros más severamente impactados por las marejadas ciclónicas del huracán Fiona, enfoca hoy su atención en el sector Islote, donde llueve sobre mojado para cientos de residentes que continúan aislados y a la espera de auxilio.
Allí “en el sector Islote de Playita Cortada aún el agua está en la calle y en las residencias”, dijo a La Perla del Sur Zilka Torres, funcionaria destacada en el Centro de Operaciones de Emergencias municipal.
“Se está trabajando con un grosor de arena inmenso. Ahora mismo están las brigadas del municipio y personal de Manejo de Emergencias de Santa Isabel, junto a la Guardia Nacional, tratando de limpiar el área para tener acceso a las casas que están al final de ese sector, porque no hay acceso”, continuó.
Entretanto, puntualizó que Islote es la única comunidad bajo estas circunstancias al día de hoy en Santa Isabel, ya que zonas residenciales a las que no se tenía paso debido a la crecida de ríos y quebradas ya fueron atendidas por equipos de emergencia, quienes superaron ese escollo.
“Ya tenemos acceso al resto de las comunidades”, agregó Torres. Lo último que se atendió entiendo fue esta mañana y lo que nos queda en Islote”.
Tareas pendientes
Al cierre de este reportaje, el Gobierno Municipal de Santa Isabel mantenía dos refugios activos: en la Escuela Superior Elvira M. Colón, situado en la zona urbana, y en la Segunda Unidad Pedro Meléndez del sector rural Playita Cortada. En total, ambos daban acogida a 64 damnificados, en su mayoría personas de edad avanzada o familias con menores que residen en los barrios Playita Cortada, Jauca y Velázquez.
“Las agencias que han respondido hasta el momento son el Departamento de Salud, que nos visitó con el secretario en el día de ayer, y también vino el Departamento de la Familia, que entregó una caja con artículos de primera necesidad a las personas”, mencionó Torres
Por otro lado, reconoció que es imposible determinar al presente cuándo los refugiados retornarán a sus hogares. “Hay que ver qué necesidad tienen estas personas, ya que en estos momentos como no tenemos servicios de luz y en gran parte del municipio no hay agua, deciden permanecer en las escuelas que tienen generadores eléctricos provistos por el municipio y otros servicios”, añadió la funcionaria.
Comercios como farmacias, supermercados, restaurantes de comida rápida y ferreterías de la zona ya estaban operando en esta localidad, aunque parcialmente, según la disponibilidad de generadores eléctricos.