WASHINGTON — El presidente Joe Biden declaró el miércoles que el objetivo de su gobierno de poner fin al hambre en Estados Unidos para el final de la década es ambicioso, pero factible si la nación se une para conseguirlo.
“Sé que podemos hacerlo”, le dijo Biden a un auditorio lleno de funcionarios de salud pública, compañías privadas y estadounidenses que han sufrido hambre. Estaban reunidos para la primera conferencia de la Casa Blanca sobre el hambre, la nutrición y la salud desde 1969.
El presidente se mostró optimista al delinear un futuro en el que ningún niño en Estados Unidos pasa hambre y las enfermedades causadas por la dieta se reducirán debido a alternativas mejores y más saludables de alimentos y acceso a vastos espacios exteriores.
“Para eso estamos aquí hoy, para aprovechar nuestro mayor recurso: nuestros compatriotas”, dijo. “Todo el mundo, todo el mundo tiene un papel importante”.
La conferencia de 1969, encabezada por el presidente Richard Nixon, fue un momento crucial que influyó en la agenda de la política alimentaria de Estados Unidos por 50 años. Llevó a una expansión del Programa de Cupones para Alimentos del Departamento de Agricultura y a la creación del programa Mujeres, Bebés y Niños, que sirve a la mitad de los bebés nacidos en Estados Unidos proveyéndoles a sus madres asesoría, respaldo para la lactancia materna y asistencia alimentaria.
Pero 10 por ciento de los hogares estadounidenses en el 2021 sufrieron inseguridad alimentaria, lo que significa que no estaban seguros de poder conseguir suficiente comida para alimentarse, debido a que carecían de dinero o recursos para comida, de acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés).
Los avances científicos han ayudado a la población a entender mejor cómo los alimentos que consumen contribuyen a enfermedades. Uno de los objetivos del gobierno es reducir la obesidad y las enfermedades causadas por hábitos dietéticos, como la diabetes y la hipertensión, a través de una alimentación saludable, buena nutrición y actividad física.
Antes del inicio de la conferencia, el gobierno dio a conocer una lista de compromisos con la causa de parte de compañías privadas, fundaciones caritativas y grupos de la industria para un total de más de 8,000 millones de dólares. Las contribuciones van desde donaciones hasta servicios.
Pero algunos de los obstáculos potenciales más fuertes están en un Congreso cada vez más partidista.
Muchos de los cambios propuestos, como la expansión de la elegibilidad para los cupones alimentarios, expandir el acceso a comidas gratis en las escuelas y la extensión de las prestaciones alimentarias de verano a más niños necesitarían la aprobación de los legisladores.