Entre lágrimas, cantos, oraciones y un imponente silencio apenas interrumpido por espontáneos aplausos, miles de fieles despidieron este sábado al Papa Francisco en una ceremonia marcada por la solemnidad y la profunda emoción, según reportó Vatican News.
Tras la celebración de la santa misa exequial en la Plaza de San Pedro, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, el féretro del pontífice fue trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, uno de los lugares más entrañables para Jorge Mario Bergoglio. Allí reposarán sus restos mortales, cumpliendo su deseo de descansar junto a la Virgen que visitó en silencio tantas veces durante su pontificado.
Las autoridades estimaron que cerca de 150 mil personas acompañaron el recorrido desde el Vaticano hasta la basílica.
Mientras la fe se manifestaba en cantos, lágrimas y rezos, el dispositivo logístico y de seguridad desplegado fue de dimensiones históricas, con más de 10 mil personas involucradas. El operativo incluyó 4 mil agentes policiales, 2 mil oficiales de tránsito, 4 mil voluntarios, francotiradores, unidades caninas, patrullas fluviales, helicópteros y drones de vigilancia.
Por primera vez en un funeral papal, se utilizó la tecnología RCD anti-drones del Ejército italiano, además de equipos “jammer” que bloqueaban señales sospechosas de telefonía móvil para evitar amenazas tecnológicas.
En el plano sanitario, el sistema “Ares 118” movilizó 50 ambulancias, seis puestos médicos avanzados y más de 20 unidades de bomberos para atender cualquier emergencia.
Ya en la Basílica de Santa María la Mayor, la ceremonia del entierro se realizó de manera privada.
La tumba, hecha de mármol de Liguria, lleva únicamente la inscripción «FRANCISCUS» y la reproducción de su cruz pectoral. El nicho se encuentra entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, cerca del Altar de San Francisco.















































